Ocho, cinco, tres, más hombres que mujeres, más viejos que jóvenes... ¿Qué diablos hace un hombre de 70 años delante de la tele a medianoche, viendo una película documental en inglés y con subtítulos más pequeños de lo habitual? Bienvenido a Asturias. Miles, cientos, en compañía o en solitario, con el portátil a un lado o comiendo yogur... Se les quedó la tele encendida cuando cayeron rendidos en el sofá mientras John Travolta delinquía. Se sentaron a propósito para ver este programa. No la vieron empezar, se fueron a la mitad. Tres mil, nueve mil. Las mujeres se duermen sin poder evitarlo, menos las de 45 años, esas tienen mucho aguante. Una se despereza. Aquella empieza a llorar. Ese chico se hace pis y corre al baño. El padre se iba a la cama, pero se engancha y decide seguir viéndolo. Aquel abuelo perdió el mando a distancia tras la información meteorológica. ¿Qué pasó con John Travolta, se folló a Halle Berry? ¿Qué estáis viendo? Seis, mil, ninguno de 13 a 24 años está ahora viendo este canal. ¿Se sabe, con seguridad, qué programa estás viendo en este momento en la televisión? ¿Importa eso mucho en una televisión pública regional? ¿Debería importar? Ocho mil, tres coma tres, cero coma ocho.
¿Para qué? ¿Somos espectadores o estadísticas coloreadas?
¿Para qué? ¿Somos espectadores o estadísticas coloreadas?
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